Luego de un curioso viaje, llegamos a Iruya. Este pueblo, pertenece a la provincia de Salta, pero sólo se accede desde la provincia de Jujuy.
Es un pueblo muy pequeño, que apenas sobrepasa los mil habitantes. Sus calles poseen elevadas pendientes y prácticamente no hay autos en el pueblo. Desde el mirador que hay cerca de la iglesia, se pueden ver el lecho del río abajo y por encima de los cerros, el vuelo del cóndor. Nunca había visto tantos cóndores volando en un mismo lugar.
Y así terminó nuestro viaje, luego de pasar una noche en Iruya, comenzamos el regreso hacia Buenos Aires. El viajar al norte de la Argentina, es una experiencia que por muchas razones jamás olvidaré.
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