Milonga en la Boca

El domingo pasado pude ir a una milonga en el barrio de la Boca. Desde hacía tiempo que tenía ganas de ir a sacar fotos a una y nunca se había presentado la ocasión.
Fuí en auto desde casa, viendo como se transforma la ciudad a medida que uno atraviesa los barrios. Belgrano, Palermo, Recoleta, El Centro, San Telmo y la Boca. Ya durante el último trayecto, se siente ese aire arrabalero de las zonas más tangueras de la city porteña. Los bares fileteados, las milongas.
Al llegar entre directamente, unos focos tenues que bajaban del techo, iluminaban la pista, creando claroscuros a lo largo de ella. Las parejas enlazadas en esa pasión que se llama tango bailaban al ritmo de los acordes tristes de un bandoneón. Todo era escenográfico, la gente bailando, las personas en las mesas mirando la pista, los hombres cabeceando a las mujeres para sacarlas a bailar, la chica sola que espera que la saquen a bailar, no faltaba nada, era yo que estaba de más, como un niño que se cuela en el cine sin pagar entrada.