28 octubre 2008

Horizontes distintos

Ya no estamos juntos, y qué?. Ambos sabíamos que el para siempre dura lo que dura la noche de sueño luego de leer la Cenicienta. Si lo que comenzó como una vuelta en la montaña rusa del Italpark, terminó siendo un paseo en bote en la pelopincho de casa en una tarde de julio. Si perderme en tus curvas te parecía ridículo, no es de extrañar que haya comenzado a tomar atajos rectos que llevan siempre al mismo lugar. Si te tenía que explicar lo que me hacías sentir, no es de extrañar que haya perdido significado, si esas cosas no se deben explicar. Pero ya me bajé del bote, y no, no hace falta que me devuelvas la plata, ya pasé por caja antes de venir. Igualmente, es toda tuya, estas monedas no me sirven en la plaza donde estoy jugando ahora.
Caminamos los mismos caminos, pero siempre miramos en direcciones opuestas, y está bien, tu horizonte nunca fué el mío. Hoy quizás estemos mirando el mismo horizonte, pero hoy tomaremos nuestra propia dirección. Ambos tenemos sábanas frías que nos están esperando.

Horizontes distintos

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