23 mayo 2007

Roble otoñal

Un roble cerca de casa, con todas sus hojas secas ya. Las que inevitablemente lo abandonan para alfombrar el césped, lo matizan de distintas tonalidades cobrizas. Las que aún no se resignan a obedecer el ciclo natural, conservan una ínfima parte de ese color primaveral que supieron tener hace tiempo. Ahora de amarillo, se sonrojan cuando el amanecer deja salir al sol; que con sus rayos dorados les susurra cosas indecorosas al oído. Y que al terminar esta seducción propia del inicio de una nueva estación, caen rendidas con el resto de sus compañeras. En un descanso onírico que las volverá a la tierra misma que tiempo atrás las alimentó, hoy les devuelven el favor. Parte de ese ciclo natural al que todos estamos sujetos.




1 comentario:

Anónimo dijo...

que arboles mas hermosos... parece un liquidambar... esas formitas de las hojas estan hermosas y todo esta hermoso...